mantenimiento-techos-cuando-como-hacerlo

El techo es una de las partes más importantes de cualquier vivienda. No solo protege a la estructura de las inclemencias del tiempo, sino que también contribuye al aislamiento térmico y al valor general de la propiedad. Sin embargo, muchas veces se lo descuida hasta que aparecen filtraciones, goteras o daños estructurales. En este artículo, te explicamos cuándo es el momento adecuado para realizar mantenimiento en los techos y cómo hacerlo de forma eficiente, económica y segura.

¿Por qué es importante el mantenimiento de techos?

Un techo en mal estado puede derivar en problemas costosos: filtraciones de agua, daños en paredes y cielorrasos, proliferación de moho y hongos, pérdidas de energía por aislamiento deficiente y hasta riesgo de derrumbe en casos extremos. Realizar un mantenimiento periódico previene estas situaciones y prolonga la vida útil de los materiales, ya sea que se trate de techos de tejas, chapa, losa o membrana.

¿Cada cuánto tiempo se debe revisar un techo?

La frecuencia ideal para inspeccionar y mantener un techo depende del tipo de material y del clima de tu zona. Sin embargo, como regla general, se recomienda hacer una revisión completa dos veces al año: una antes del invierno y otra al finalizarlo. También es necesario revisar el techo después de tormentas fuertes, vientos intensos o granizo.

Señales de que tu techo necesita mantenimiento

  • Manchas de humedad en techos y paredes
  • Tejas movidas, rotas o faltantes
  • Oxidación en techos de chapa
  • Goteras visibles en días de lluvia
  • Membranas despegadas o deterioradas
  • Presencia de musgo o vegetación en zonas húmedas
  • Fijaciones sueltas o canaletas obstruidas

Tipos de mantenimiento según el tipo de techo

Techos de tejas

Las tejas, aunque muy duraderas, pueden romperse o desplazarse con el tiempo. Es fundamental revisar la estructura de soporte, limpiar canaletas, reemplazar tejas rotas y aplicar productos antihongos si se detecta moho o verdín. También conviene revisar el mortero que las sujeta, si lo hubiera.

Techos de chapa

Los techos metálicos requieren una inspección especial contra la corrosión. Es importante verificar que no haya perforaciones, que los tornillos estén firmes y que las uniones estén selladas con silicona adecuada. En caso de óxido, se puede lijar y aplicar pintura anticorrosiva. Las juntas deben sellarse cada pocos años.

Techos de losa o planos

En estos techos es frecuente el uso de membranas asfálticas o líquidas para impermeabilizar. Hay que asegurarse de que no haya acumulación de agua, revisar desagües y mantener la membrana en buen estado. Si hay grietas, es fundamental sellarlas antes de aplicar un nuevo recubrimiento.

Pasos básicos para un mantenimiento efectivo

1. Inspección visual

Comenzá observando desde el exterior y el interior. Identificá zonas oscuras, hundimientos, materiales sueltos, humedad y cualquier señal de deterioro. Si el techo es inaccesible o tiene mucha pendiente, se recomienda contratar a un profesional para evitar accidentes.

2. Limpieza de la superficie

Retirá hojas, ramas y suciedad acumulada, especialmente en canaletas y desagües. En techos planos, una limpieza superficial evita obstrucciones que pueden provocar filtraciones.

3. Reparaciones menores

Reemplazá tejas dañadas, aplicá selladores en juntas, fijá elementos sueltos y corregí puntos oxidados o con pintura descascarada. Si encontrás grietas en techos de losa, usá selladores específicos antes de aplicar membrana líquida o asfáltica.

4. Impermeabilización

Reforzá la protección del techo aplicando impermeabilizantes adecuados según el tipo de material. En losas se puede usar membrana líquida acrílica, en chapas se recomienda pintura impermeabilizante y en tejas una solución repelente al agua.

5. Verificación de desagües

Asegurate de que las bajadas pluviales estén limpias y sin obstrucciones. Las canaletas deben tener buena pendiente y estar bien sujetas. Esto evitará que el agua se acumule y genere filtraciones.

Consejos para ahorrar en el mantenimiento

  • Planificá el mantenimiento durante la primavera o el otoño, cuando el clima es más estable y los materiales trabajan mejor
  • Utilizá productos de buena calidad: son más duraderos y reducen la necesidad de reparaciones frecuentes
  • Combiná el mantenimiento con tareas complementarias como limpieza de canaletas, revisión de tanques de agua o poda de ramas cercanas al techo
  • Hacelo vos mismo si tenés conocimientos básicos y seguridad. Para trabajos en altura o con riesgo eléctrico, contratá a un profesional

¿Cuánto cuesta mantener un techo?

El costo puede variar ampliamente según el tipo de techo, el estado actual, los materiales usados y si se contrata mano de obra. Un mantenimiento preventivo anual puede costar entre $30.000 y $80.000 en promedio en Argentina, mientras que una reparación por filtración o recambio de membrana puede superar los $150.000. El mantenimiento regular permite ahorrar a largo plazo y evita gastos mayores.

Mantenimiento de techos: seguridad ante todo

Trabajar en techos implica riesgos. Usá siempre arnés, calzado antideslizante y herramientas adecuadas. Si el techo es inclinado o muy alto, contratá personal especializado. Nunca realices tareas en días de lluvia, viento fuerte o con poca luz.

Mantenimiento ecológico del techo

Podés hacer un mantenimiento amigable con el medio ambiente usando pinturas sin solventes, recolectando el agua de lluvia con canaletas bien dirigidas o plantando un techo verde en losas planas, siempre que la estructura lo permita. Estas prácticas no solo mejoran la eficiencia del hogar, sino que también pueden ayudarte a reducir el consumo energético y sumar valor a tu propiedad.

¿Y si no hago mantenimiento?

Omitir el mantenimiento puede derivar en filtraciones que dañan estructuras, electrodomésticos y mobiliario. También afecta la salud de los habitantes por la proliferación de hongos. A largo plazo, reduce el valor de la propiedad y puede generar gastos mucho mayores. La prevención es siempre más económica que la reparación.

Techos y ahorro energético: una relación directa

El estado del techo incide directamente en el consumo energético del hogar. Un techo en mal estado permite filtraciones de aire frío en invierno y de calor en verano, lo que obliga a usar más calefacción o aire acondicionado, aumentando la factura de luz o gas. Al mantener el techo correctamente sellado e impermeabilizado, se mejora el aislamiento térmico y se reduce la pérdida de energía. Además, aplicar pintura reflectiva en techos expuestos al sol ayuda a disminuir la temperatura interior, favoreciendo la eficiencia energética. Por eso, el mantenimiento del techo también se traduce en ahorro económico a mediano y largo plazo.

El mantenimiento de techos es una tarea fundamental para preservar tu vivienda. Una revisión periódica, junto con reparaciones menores y la aplicación de productos impermeabilizantes, evitará problemas mayores y gastos innecesarios. Con planificación, productos adecuados y atención a los detalles, podés mantener tu techo en óptimas condiciones sin complicaciones ni sorpresas. Recordá que un techo cuidado es sinónimo de hogar protegido.